✨ El yoga me reconectó con mi amor propio y mi poder personal.✨
🙏 Agradezco a esta hermosa práctica que ha ampliado mi mente y que ha sido mi compañera desde el inicio, me ayudó a escucharme y tener más claridad en mis decisiones.
Transcurría el año 2015 y yo estaba en el gimnasio con rutinas tradicionales, pasé por la sala de yoga y me dije: «qué relajante se ve» (ni sabía que ese era el final de la rutina jajaja) y pensé me gustaría saber de qué se trata.
Comencé a ir 2 veces a la semana, me costaba estar sentada en postura fácil mi mente no paraba de hablar y mi cuerpo inquieto también. Eso que fueron unos 5 minutos al inicio, para percibir cómo estaba.
🧘♀️ Con los meses empecé a flexibilizar mi cuerpo y mi mente. Normalmente tomaba decisiones haciendo una lista de pros y contra para ayudarme con ello y a veces aún así quedaba con la sensación de culpa o me arrepentía con el tiempo. Eso fue lo que cambió ese año, recuerdo que me senté puse mis manos una al medio del pecho y la otra en mi abdomen y me pregunte: ¿qué pasa?, eso de colocar las manos así fue innato ni lo pensé, deje que mi sabiduría interna o mi intuición me guiará.
Así inicio mi camino en el yoga, un grito de mi interior diciéndome: «¡para con esto por favor!, si sabes que no te hace bien, por qué sigues en eso.» El yoga creo que me rescató de la desconexión que tenía conmigo misma.
En ese entonces me inicié con Hatha Yoga, fue una buena forma para una principiante como yo, que no podía estar tanto rato meditando o realizando las posturas (asanas), recuerdo con mucho cariño esa época, fue una transición.
A los meses empecé ir a distintas ferias holísticas así fue que conocí el Vinyasa Yoga, fue wow «¡qué bonita la fluidez!», era una conexión con la naturaleza. Se veía un poco más difícil, sin embargo entretenido, no dejaba espacios para desconectarme del aquí, del ahora. Me sentí muy conectada con la respiración, así busqué cerca de mi casa y empecé a practicarlo por un tiempo, hasta que me fuí de viaje y busqué el modo de hacerlo de forma autónoma en parques o lugares donde pudiese estar mínimo 20 minutos tranquila, a la hora que fuese.
En tiempo de pandemia llegó a mí el Kundalini Yoga de forma online, nunca lo había practicado y cuando apareció años antes tenía resistencia con el, pensaba: «es mucho meditar, muy pocas posturas, que aburrido». Hasta los que hacemos yoga tenemos a veces prejuicios, todo es perfecto en el momento adecuado.
Este yoga me trajo una conexión más interna, terminaba la lección con la canción «El eterno sol», qué momento tan bonito de amor y gratitud, por aquí les dejó un poquito de la canción.
Esos tres tipos de yogas me han marcado en distintas etapas de mi vida, he hecho otros tipos también, sin embargo el Hatha, Vinyasa y Kundalini yoga me mostraron una yo que no conocía, eliminando mi ego, amando el camino, no solo el destino y fluyendo con mayor confianza.
Este camino sigue expandiéndose, ya que para mí el yoga es mucho más que asanas (posturas en una clase), es gratitud, amor propio, amor a la vida y a cada cosa del planeta.
🌻 Algunos de mis aprendizajes:
- Que el escucharse desde el amor es muy importante para cada decisión grande o pequeña que tomes.
- Vivir en el presente, conectando con la respiración.
- Que el amor propio debe ganar cada batalla.
- Soltar el miedo y el ego.
- La felicidad depende solo de mí.
Hace unos días terminé el libro «El hábito hace al yogui» de Julia Arteaga y fue wow el yoga es mucho más aún (pronto espero hacer un post sobre este excelente libro).
Nota: Hay un montón de instructores de yoga cada uno con sus técnicas, debes buscar el que te haga más sentido de acuerdo a tus intereses. Te dejo por aquí algunos tipos de yoga para que veas el que resuena más contigo y te apoye en tu propio camino de autoconocimiento y de amor.
Muchas gracias por estar aquí, que tengas un lindo día.
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