¿Te ha ocurrido que te juntas con alguien y te interrumpe a cada rato mientras hablas? ¿O que tú interrumpes a otra persona, cuando te acordaste de algo parecido? Quizás te ha pasado más de una vez, a mí también.
Escuchar de forma activa no es de una día para otro, me hubiese encantado aprenderlo cuando pequeña, sin embargo nunca es tarde para aprender a ser consciente de ello. ¿Cómo?, comienza a escucharte, a observar tu vida y a preguntarte: ¿de dónde viene esto?, ¿quiero hablar porque lo mío es más importante, que lo que diga el otro?, quizás puedes pensar, «que feo decir eso», pero pasa. A veces de forma inconsciente.
En mi caso si me daba cuenta que empezaba a pensar en qué responder, me decía a mi misma: «¿esto la apoyará?, ¿se trata de ella o de mí?», si se trata de ella, volvía a ella y si era de mí, esperaba que terminará de hablar y si al rato se me olvidaba que quería decir, probablemente no era tan importante.
Haz la prueba contigo, ¿te ha pasado?
El año pasado empecé a participar en círculos de mujeres online y una de las cosas que aprendí es observar y escuchar de forma amorosa sin juzgar. Si había algo que me resonaba con lo que la mujer hablaba, levantábamos las manos moviendo los dedidos como una forma de decir: «resueno contigo, no estás sola», me encanto esa forma, ayuda a estar en presencia, no se trata solo de ti, se trata de todas. Si quieres saber más de los círculos de mujeres te dejo por aquí ese otro artículo sobre ello.
Entonces hasta aquí no sé si te ha pasado o te has dado cuenta que no estás escuchando 100% al otro cuando habla. Si ya practicas la escucha activa y amorosa, te celebro y te felicito, me alegro que lo hagas. Pero si no lo haces ,sé que puede resultar un poco difícil practicarlo, en un mundo donde se te hace competir en las escuelas desde pequeños diciendo: «quien responde o contesta primero», en los trabajos quién es el mejor y en la vida en si, sin embargo si se puede hacer un cambio.
Hoy tu tarea o desafío es: escucha completo lo que te tiene que decir el otro y si cuando habla, viene la vocecita en tu mente. Puedes decir alguna palabra que haya dicho la otra persona, para que vuelva tu atención con quién estás o acomódate un poquito, toma agua. Importante que no te vayas del presente. La persona al frente tuyo se merece tu atención y si no la tiene o no te interesa, pregúntate ¿para qué estás ahí?. La mente siempre querrá contar sus historias, tú eliges si lo haces o no.
Espero que esta reflexión te apoye en tu camino, te mando un abrazo gigante, soberana de tu vida y te agradezco por estar aquí.